La arquitectura lítica de Menorca: principales construcciones talayóticas

La monumentalidad es una de las principales características de las construcciones pertenecientes a la cultura talayótica de la isla de Menorca, declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Formadas por grandes bloques de piedra calcárea, propia de la zona meridional de la isla, estas construcciones fueron levantadas aplicando una técnica de tipo ciclópeo, es decir, disponiendo las piedras unas encima de otras sin utilizar ningún tipo de mortero o argamasa.

El resultado son monumentos de distinta tipología pero idéntica grandiosidad, algunos de ellos únicos en el mundo.

Las construcciones talayóticas más antiguas

Siguiendo el hilo cronológico, las primeras construcciones talayóticas fueron las siguientes:

SEPULCROS O DÓLMENES
Estos edificios, construidos con grandes losas, son uno de los elementos arquitectónicos más antiguos conocidos en la isla y dan nombre a la etapa más temprana de la cultura talayótica, la dolménica (2100-1600 a.C.). Están compuestos por una única cámara y un corredor de acceso que atraviesa la losa frontal. Los sepulcros o dólmenes estaban cubiertos originalmente por un cúmulo de materia orgánica, hoy erosionada, y su función era estrictamente funeraria. El mejor ejemplo es el de Ses Roques Llises, a pocos metros del poblado de Torre d’en Galmés.

NAVETAS DE HABITACIÓN Y NAVETAS DE ENTERRAMIENTO
Las navetas son las primeras construcciones talayóticas ligadas a un tipo de asentamiento estable. Las de habitación son cabañas de viviendas unifamiliares. Tienen forma de herradura alargada y están hechas con muros dobles, de piedras medianas y pequeño pedrusco, y una cubierta de material vegetal y barro que evidentemente ya ha desaparecido. Las navetas de enterramiento pertenecen al periodo prototalayótico y, junto con las taulas y los talayots, son únicas en el mundo. Estas tienen forma de nave invertida, también están construidas con muro ciclópeo y constan de una cámara interna donde inhumaban los difuntos, a la cual se accede desde un pequeño agujero frontal. Los ejemplos más destacables son la Naveta des Tudons y las Navetas de Rafal Rubí.

Los talayots, monumentos centrales de la Menorca Talayótica

Alrededor del siglo V a.C. aparece la construcción que da nombre a la cultura prehistórica menorquina: los talayots. A este período también pertenecen los hipogeos.

TALAYOTS
Es la construcción que da nombre a esta cultura prehistórica, procedente del término atalaya. Estas edificaciones son uno de los emblemas de la Menorca Talayótica y se calcula que hay entre 300 y 350 documentados. Son construcciones talayóticas monumentales, de planta de tendencia circular y forma troncocónica, que se utilizaron alrededor del siglo quinto antes de nuestra era. Se les presupone, por su altura, una función secundaria de vigilancia e intercomunicación entre poblados.

Aun así, sus funciones principales son aún desconocidas, aunque el carácter público y su ubicación simbólica dentro del poblado llevan a pensar en una finalidad ritualista o política. Su uso como sepulcro o vivienda está descartado, pero lo cierto es que hay tantas modalidades de usos como tipologías de talayots. Pueden encontrarse aislados o en poblados con uno o más talayots. Los más emblemáticos y bien conservados son los de Torelló, Trepucó, Cornia Nou, Talatí de Dalt y Sant Agustí Vell.

HIPOGEOS Y CUEVAS DE ENTERRAMIENTO
Los hipogeos son cuevas artificiales utilizadas como lugares de enterramiento colectivo y son comunes en la mayoría de poblados. Normalmente se trata de sepulcros subterráneos de una única cámara y con algunas columnas de apoyo, a menudo excavados en grutas de peña. Estas construcciones son propias del periodo postalayótico (500-123 a.C.). La diferencia práctica respecto a las cuevas de enterramiento es que estas últimas son de origen natural. El uso de las cuevas es anterior (1450-800 a.C.). Las agrupaciones de hipogeos y cuevas se conocen como necrópolis, es decir, espacios dedicados al entierro. Las necrópolis más espectaculares se encuentran en el barranco de Cala Morell, Calescoves y Caparrot de Forma.

Taulas, círculos y salas hipóstilas

Las construcciones talayóticas más representativas del período final de esta cultura son las siguientes:

TAULAS
Las taulas, únicas en el mundo, son uno de los monumentos talayóticos más venerados de la prehistoria menorquina. Son un bastimento casi escultórico formado por dos grandes losas rectangulares sorprendentemente apiladas una encima de la otra: una, en posición vertical, que sirve de apoyo, y otra, colocada a manera de mesa llamada capitel. Este tipo de construcciones talayóticas, datado alrededor del año 600 a.C. tiene la particularidad de presidir un espacio exclusivo en los poblados talayóticos. Tanto su forma original como su uso religioso son todavía motivo de discusión. Aún así, se cree que la taula tenía solo una función simbólica y que vendría a representar un emblema a las divinidades.

CÍRCULOS
Los círculos son viviendas postalayóticas adosadas unas a otras, de planta circular (de aquí su denominación), con muros de piedra dobles y una única puerta de acceso. Tienen un patio central a cielo descubierto y se componen de diferentes espacios domésticos a su alrededor. En los círculos se documentan los elementos reconocibles de la actividad cotidiana de una familia —hogar, cocina, habitaciones, almacén— y sus talleres de producción, que demostrarían la autosuficiencia de las estas comunidades (se han encontrado restos de objetos de metalurgia, cerámica, etc.).

SALAS HIPÓSTILAS
Estas salas, asociadas a los círculos, son habitáculos que probablemente servían para el almacenamiento y el ganado (en este caso, con un patio central). Se caracterizan por estar compuestas de diferentes columnas que, a la vez, aguantan grandes losas alargadas y estrechas, como si se tratara de vigas, que llegan hasta las paredes laterales y convierten esta construcción en un espacio cubierto. Como ejemplos de alto interés tenemos el Galliner de Madona, Talatí de Dalt y Torre d’en Galmés.