Qué ver en Es Castell: de ruta por el pueblo más «británico» de Menorca

El origen de Es Castell se encuentra en el Castillo de San Felipe, fortaleza erigida a mediados del siglo XVI alrededor de la cual se asentó un primer núcleo de población que, con el paso del tiempo, sería el germen del asentamiento británico en la ubicación actual.

Fundado en 1771 con el nombre de Georgetown en honor al rey Jorge III de Inglaterra, este municipio menorquín es conocido también con el nombre de Villacarlos, forma derivada del topónimo Real Villa de San Carlos que recibió tras la incorporación de la isla a la Corona española en 1782.

En la actualidad, Es Castell es un pueblo marcadamente multicultural y, como tal, apasionante desde el punto de vista sociológico.

Y, gracias a su localización geográfica, es el primer pueblo de España en ver salir el sol. Hacemos un repaso a sus principales atractivos…

En el núcleo urbano de Es Castell

EXPLANADA
Antigua plaza de armas y génesis del entramado urbano de Es Castell. La plaza está flanqueada por tres edificios de origen militar, todos pintados con el tradicional «rojo inglés». Son los cuarteles del Conde de Cifuentes, Duque de Crillón y Cala Corb –este último acoge las dependencias del Museo Militar de Menorca. El cuarto edificio que cierra la Explanada es el del Ayuntamiento, coronado por una torre con reloj y campana.

IGLESIA DEL ROSER
La iglesia de Es Castell está consagrada al culto de la Virgen del Rosario. Se edificó entre finales del siglo XVIII y comienzos del XIX siguiendo las pautas del neoclasicismo. Guarda una pila bautismal y un retablo de piedra procedente de la antigua capilla del Castillo de Sant Felip. Su ubicación es poco común puesto que, a diferencia de cualquier otro pueblo, esta iglesia se encuentra en la periferia del entramado urbano.

Un pueblo de mar

CALESFONTS Y CALA CORB
Las antiguas cuevas de pescadores, convertidas hoy en bares, restaurantes y tiendas, aportan un encanto especial a estas dos pequeñas calas del puerto de Maó, testigos vivos de la tradición marinera local. Calesfonts concentra mayor actividad. Amarran durante el año un número generoso de llauts o pequeñas embarcaciones tradicionales, configurando una imagen de postal. Cala Corb tiene menos actividad, pero, aun así, guarda una pequeña joya: Es Cau, uno de los pocos locales donde todavía se pueden escuchar en directo cantares populares, habaneras y romances.

CALA SANT ESTEVE
Núcleo residencial tradicional, pequeño puerto, tranquila zona de baño, elementos patrimoniales como los cimientos del Castillo de Sant Felip, el Fort de Malborough o la Torre d’en Penjat, formaciones geológicas únicas, una antigua cantera… Cala Sant Esteve es una caja de sorpresas! Sin duda, es la zona con más peso histórico del municipio. Prueba de ello, aparte de las construcciones defensivas, es la leyenda que explica el origen de su topónimo, según la cual en el siglo V el teólogo Paulo Orosio desembarcó en la cala, procedente de Jerusalén, con los restos del cuerpo de Sant Esteve…

Las fortificaciones británicas

CASTILLO DE SAN FELIPE
Pese a que hoy en día solo quedan en pie algunas estructuras y parte de la red de galerías subterráneas, el Castillo de San Felipe llegó a ser una de las fortificaciones más importantes del Mediterráneo. Su construcción fue ordenada por Carlos I en 1554 con el fin de proteger Menorca de las invasiones turcas. Bajo la dominación británica, fue ampliado y modificado hasta que en 1782, después de la conquista española, fue derribado por orden de Carlos III. En la actualidad, se conservan los pasillos subterráneos donde durante seis meses se escondieron 3.000 soldados y civiles ingleses.

FORT DE MARLBOROUGH
Construido entre 1710 y 1726, el Fort Marlborough es una de las fortificaciones de origen británico más espectaculares de la isla. Su finalidad era proteger la entrada del puerto de Maó, una de las localizaciones más estratégicas del Mediterráneo occidental. El edificio militar cuenta con galerías subterráneas y salas excavadas en la roca y un gran foso para proteger la parte central. Actualmente acoge un montaje expositivo experiencial, que sitúa a los visitantes en la época de los asedios y les invita a revisar la convulsa historia de la isla durante el siglo XVIII.