Sant Lluís

Sant Lluís es el principal legado que los franceses dejaron en Menorca durante su breve periodo de dominación (1756-1763). Con un entramado urbano en forma de cuadrícula, que sigue las pautas del racionalismo imperante en la Europa de la época, Sant Lluís destaca por el blanco inmaculado de sus casas y edificios, y por los dos espléndidos molinos harineros que nos dan la bienvenida. Si visitamos el pueblo, es muy recomendable dar una vuelta por alguno de los numerosos núcleos rurales que lo rodean, como Pou Nou o Torret, que con sus caminos de pared de piedra seca y sus magníficas muestras de arquitectura rural menorquina constituyen un auténtico oasis de tranquilidad y belleza. Tampoco nos podemos perder el famoso poblado de pescadores de Binibèquer Vell, uno de los lugares más fotografiados de la isla.

Los imprescindibles

De ruta por Sant Lluís

El color blanco tan típico de la isla de Menorca gana aún más presencia en este pequeño pueblo de la costa sur. Orden y equilibrio definen la arquitectura y el entramado urbano de Sant Lluís, el único municipio menorquín de origen francés.

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