«Chillida a Menorca», exposición de Hauser & Wirth 2024

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«Chillida en Menorca», la celebración de una honda conexión entre obra y vida

Con motivo del centenario del nacimiento del artista vasco, Hauser & Wirth y Sucesión Chillida organizan una muestra en la isla que le inspiró desde finales de los años 80.

Con motivo del centenario del nacimiento de Eduardo Chillida (1924 – 2002), Hauser & Wirth y Sucesión Chillida organizan a partir del 11 de mayo la exposición Chillida en Menorca, una muestra que celebra la profunda conexión del artista con la isla a través de una destacada selección de esculturas y obras sobre papel que incluye varias piezas creadas durante sus estancias en Menorca.

Con más de sesenta obras creadas a lo largo de medio siglo, desde 1949 hasta el año 2000, la exposición muestra toda la dimensión de la trayectoria del escultor. El concepto de la presentación, diseñado por el arquitecto Luis Laplace con especial atención a los materiales locales, amplía el vínculo del artista con la isla y su entorno natural. La exposición se acompaña de un Education Lab desarrollado en colaboración con Chillida Leku y Menorca Preservation a través de Plastic Free Menorca.

De este modo, Hauser & Wirth se suma en el programa que organiza la Fundación Eduardo Chillida – Pilar Belzunce para celebrar el legado de la obra de Chillida, uno de los escultores españoles más destacados del siglo XX en gran parte gracias a la reinterpretación que hizo de la dialéctica entre materia y vacío, positivo y negativo, espacio interior y exterior. Bajo el eslogan «Eduardo Chillida 100 años. Lugar de encuentro», el centenario destaca la obra pública del artista. Cuarenta y cinco esculturas en espacios públicos de ciudades como San Sebastián, Madrid, Barcelona, Berlín, Helsinki, Dallas y Washington se han convertido en puntos de encuentro para que la gente celebre el valor de la obra de Chillida y su papel como «creador de lugares».

Eduardo Chillida y Menorca

El vínculo de Chillida con Menorca se formó durante los veranos que pasó en la isla desde 1989. En ‘Quatre Vents’, la casa familiar que estableció con su mujer Pilar Belzunce en Alcaufar, creó un estudio al aire libre donde encontró un espacio tranquilo para trabajar sus esculturas con arcilla chamota, rodeado de campos y de paredes de piedra seca. Fue también en ‘Quatre Vents’, en un estudio con un gran ventanal con vistas en el mar, donde trabajó en muchas de sus ‘gravitaciones’.

En Menorca, Chillida se dejó inspirar por la luz blanca del Mediterráneo, en perfecto contraste con la luz negra de su País Vasco natal, tal como él lo describía. El artista encontró inspiración en la luz de la isla, las monumentales canteras al aire libre de marino y los monumentos del periodo talayótico –declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2023– incluyendo los recintos de mesa en forma de T que inspiraron algunas de sus obras.

«Chillida a Menorca», la exposición de Hauser & Wirth 2024 — Pilar Belzunce and Eduardo Chillida visiting the Talayotic site Torrellisar in Menorca

Las gravitaciones de gran formato, en la exposición de Hauser & Wirth

La exposición que organizan Hauser & Wirth y Sucesión Chillida empieza con una selección de sus ‘gravitaciones’ de gran formato, obras bidimensionales en papel que exploran las calidades y limitaciones del espacio. Estas delicadas obras en blanco y negro son el resultado de la superposición de capas de papel unidas por hilos y suspendidas para dejar circular el aire entre ellas.

Junto con estas obras, se presenta el ‘Mural G-56’ (1985), una pieza a gran escala que utiliza elementos gráficos en negro para continuar la misma exploración entre espacio positivo y negativo. En palabras de Chillida, «en la mayoría de mis esculturas se alterna el positivo y el negativo. Cada uno es de alguna manera recíproco, el disidente del otro».

Esculturas de acero y relieves de madera

Chillida en Menorca muestra también una serie de las conocidas esculturas de acero y relieves de madera que enfatizan su interés por hacer visible el espacio a través de las formas que lo rodean. Chillida, que empezó los estudios de arquitectura, exploró a lo largo de su carrera conceptos como el límite, el espacio y la medida.

‘Proyecto para un monumento’ (1969) es un juego de escalas que enlaza con muchos de los monumentos públicos del artista. Su espacio interior se configura a través de tres bloques sólidos que encajan entre sí. En otras obras, elementos totémicos de una íntima escala humana continúan enfatizando la interacción entre las formas sólidas y el espacio negativo.

Chillida, el marés y la arcilla

A lo largo de la exposición, una selección de obras se presenta sobre bases de marés, la piedra utilizada para construir el edificio del siglo XVIII que acoge la galería. El concepto expositivo ha sido desarrollado por el arquitecto Luis Laplace, que dirigió la restauración de Hauser & Wirth Menorca y la rehabilitación de Chillida Leku, el museo creado por Eduardo Chillida durante su vida, y que coloca las piezas de arte en diálogo con el paisaje y la arquitectura del espacio.

Junto con la materia, el mismo acto de crear fue un concepto crucial en la obra de Chillida. La mano fue el tema más próximo del artista y su herramienta más inmediata para trabajar de manera gráfica o escultórica. Un tema recurrente en su obra que se podrá contemplar en una serie de dibujos sobre manos. Asimismo, rechazando la utilización de moldes, Chillida destacó la irregularidad material de las obras creadas en manipulación directa con sus manos, como las esculturas de arcilla chamota.

En Menorca, Chillida modeló muchas de sus ‘Lurra’, una serie de esculturas que llevan el nombre de la palabra ‘tierra’ en eusquera. Están hechas de arcilla chamota, un tipo de arcilla que se puede cocer en grandes bloques sin romperse. Chillida se sintió atraído por esta propiedad del material y exploró las infinitas posibilidades. Los títulos conectan las obras con su lugar de origen: aquellas con una ‘M’ en el título, como ‘Lurra M-32’ (1996) o ‘Lurra M-13’ (1995) se encuentran entre las que hizo en el estudio de Menorca, mientras que las que tienen una ‘G’ se hicieron a Grasse, en el sur de Francia.

Hecha también con arcilla chamota encontramos la serie ‘Óxidos’, con obras de color y textura distintivos a causa de la utilización de óxido de cobre negro y un doble proceso de cocción. ‘Oxido G-78’ (1985) presenta motivos geométricos abstractos, similares a los que aparecen en sus dibujos en tinta y a ‘Mural G-56’.

Los fenómenos naturales en la obra de Chillida

La parte final de la exposición pone de relieve la pasión del artista por los fenómenos naturales. Desde sus inicios, Chillida incorporó las formas orgánicas a sus obras sobre papel y esculturas de acero, y enfatizó las calidades naturales de los materiales con los que trabajaba como el granito, el alabastro y el fieltro, entre otros. Un ejemplo de esto es la pieza de granito ‘Escuchando a la piedra III’ (1996), en la que el artista extrajo tan solo el material suficiente para revelar la forma y destacar la impenetrabilidad de la piedra. Del mismo modo, explorando la versatilidad del acero, la escultura ‘Lotura XXVII’ (1992) está compuesta de piezas longitudinales creadas a la fragua, sin moldes, y manipuladas para abrirse y envolverse en sí mismas.

Habiendo crecido cerca del océano Atlántico, Chillida recordaba pasar horas contemplando las oleadas y se refería en el mar como su maestro. ‘Homenaje al mar IV’ (1998), de la serie de piezas que Chillida dedicó a personajes o fenómenos que lo inspiraron, evoca la abrupta costa cantábrica a través de formas geométricas cortadas en alabastro en contraste con una base de piedra sin cortar. En diálogo con esta escultura se encuentra ‘Homenaje a la arquitectura II’ (2000), una referencia a la exploración constante de Chillida sobre las formas, fueran orgánicas o arquitectónicas, y su estructuración en el espacio.

En diálogo con el mar Mediterráneo, ‘Proyecto Peine del viento Y’ (1966), forma parte de la serie de obras más importante del artista, que culmina con la instalación de tres esculturas colosales de acero incrustadas en las rocas del borde del mar de San Sebastián, una obra que fusiona materiales, tierra, mar y aire. Con sus brazos tentaculares, la obra es una invitación a mirar.

Chillida en Menorca no será la única exposición de Hauser & Wirth para la temporada 2024 en su galería de Menorca. La obra del escultor vasco compartirá espacio con la de Roni Horn. Más información: «Chillida y Roni Horn, los artistas de Hauser & Wirth para el 2024».