Menorca, una isla protegida en pleno siglo XXI

– Reserva de Biosfera desde 1993
– Superficie protegida: 66%
– Superficie altamente protegida: 41%
– Superficie urbanizada: 5%
– Reserva de Biosfera marina más grande del Mediterráneo: 514.485 ha.
– Reserva Marina del Norte: 5.119 ha.
– Reserva Marina de la isla del Aire: 719,31 ha.

Declarada reserva de biosfera por la UNESCO en 1993, la isla de Menorca puede considerarse una rara avis en la cuenca mediterránea por el alto grado de protección territorial y ambiental que la caracteriza, alcanzado gracias a la movilización ciudadana en los años de mayor presión urbanística y al compromiso político que desembocó en la aprobación del Plan Territorial Insular (2005). También fue determinante la apertura tardía de la economía menorquina al turismo.

A este alto grado de preservación hay que sumar el hecho de que se trata de un territorio intensamente humanizado y con sectores económicos dinámicos, entre ellos la industria con la producción de calzado y agroalimentaria como actividades destacadas, la agricultura y la ganadería, si bien el sector productivo preeminente es el turístico. El sector cuaternario y quinario, de momento, no gozan de mucho desarrollo en Menorca.

La conjunción entre territorio protegido y actividad humana motivó la declaración de la Unesco para hacer de Menorca un laboratorio de desarrollo sostenible, dedicado a conciliar la conservación de la biodiversidad y la actividad humana mediante el uso sostenible de los recursos naturales.

Alta protección terrestre y marítima para Menorca

Como decíamos, Menorca es una de los territorios más protegidos del Mediterráneo. A día de hoy, solo el 5% de la superficie ha sido transformado por tramas urbanas, mientras que el 66% se encuentra delimitado bajo alguna figura de protección. El suelo no urbanizable de especial protección representa el 41% del total. Para que os hagáis una idea, de los 216 km que alcanza el litoral menorquín, una gran parte se mantiene virgen, algo insólito tratándose de un destino turístico.

En todo este camino ha sido determinante el compromiso ciudadano, canalizado principalmente a través de asociaciones sin ánimo de lucro como la ecologista GOB Menorca. En los últimos años también han sido notables los esfuerzos de otras entidades como Menorca Preservation, Marilles Foundation, Aliança Mar Blava o Plastic Free Menorca.

El celo proteccionista de la sociedad menorquina no solo se ha limitado a la parte terrestre. En junio del 2019, Menorca se convirtió en la reserva de biosfera marina más grande del Mediterráneo, pasando de las 71.191 hectáreas iniciales a un total de 514.485 hectáreas, que comprenden el territorio y hasta 12 millas mar adentro.

Además, la isla cuenta con dos reservas marinas específicas: la Reserva Marina del Norte de Menorca, que alcanza una extensión de 5.119 hectáreas entre Fornells y el Cap Gros (Ciutadella) y la Reserva Marina de l’Illa del Aire, con 719 hectáreas en la costa sureste.

Diversidad biológica y ecológica

Todo esto se traduce en una gran diversidad biológica y ecológica, representativa de la mayor parte de los ecosistemas mediterráneos. Menorca es, de hecho, el hábitat de cerca de 250 especies de aves, un millar de plantas endémicas y extranjeras, y unas 630 especies de flora y fauna marina.

Esta singularidad, unida a su excelente grado de conservación siendo un espacio altamente humanizado, le valieron la declaración de reserva de biosfera y motivan los diferentes proyectos y acciones que se desarrollan desde la Agencia Menorca Reserva de Biosfera, organismo dependiente del Consell Insular de Menorca.