Iglesia y Claustro del Carmen

La iglesia y convento del Carmen, de estilo neoclásico, es uno de los principales conjuntos arquitectónicos religiosos construidos en Menorca durante el siglo XVIII.

De gran calidad arquitectónica, tiene planta de cruz latina y cuatro capillas a cada lado, entre contrafuertes y cubiertas con bóveda de cañón. La nave central está cubierta con bóveda de arista y el crucero con una cúpula con cuatro rosetones rematada con linterna.

La decoración interior es sobria y está marcada por el cornisamento de inspiración clásica que recorre todo el templo, así como por la apertura de grandes ventanales que dotan al templo de una notable luminosidad.

La fachada principal, flanqueda por dos torres rematadas de forma algo forzada, quedó inacabada. Entre los diferentes elementos, destacan las bases de lo que podrían haber sido cuatro grandes columnas que, presumiblemente, tendrían como función aguantar un gran frontón.

El convento del Carmen se fue construyendo al mismo tiempo que la iglesia. Se trata de un edificio de grandes dimensiones, neoclásico, y también de decoración sobria. Destacan en la planta baja las ménsulas esculpidas por Ferran M. Comas.

El conflictivo origen de la iglesia y convento del Carmen

El establecimiento en Maó de los carmelitas y la construcción de la iglesia y el convento del Carmen no fue sencillo, sobre todo por la firme oposición de la comunidad de la parroquia de Santa Maria y de los franciscanos del convento de Jesús –después dedicado a San Francisco de Asís.

Las obras empezaron en 1725 pero fueron paralizadas por orden del gobernador Richard Kane a instancia de las otras comunidades religiosas presentes en la ciudad. Persistentes, los carmelitas consiguieron la autorización del rey Jorge II de Gran Bretanya en 1749 y consiguieron colocar la primera piedra en 1750. Las obras se prolongaron durante la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX.

La vida del convento del Carmen fue corta. Dos acontecimientos determinaron el fin del uso religioso: primero, la supresión de la comunidad religiosa durante el Trienio Liberal (1821-1823) –restituida posteriormente por el rey Fernando VII– y, después, la desamortización de Mendizábal (1835), que supuso su fin definitivo y su paso a titularidad municipal.

La iglesia permaneció abierta al público, pero el convento pasó a tener diversos usos civiles, desde prisión y sede judicial a escuela y mercado. Actualmente, la planta baja acoge el mercado de Sa Plaça con paradas de productos agroalimentarios, de moda y calzado, bares, cafeterías y negocios de comida para llevar. En la planta superior se encuentran las dependencias del Conservatorio Profesional de Música de Menorca, la Biblioteca de la Fundació Rubió Tudurí, aulas municipales y una sala de exposiciones.

El patio del antiguo convento es hoy escenario privilegiado de conciertos organizados en verano por Es Claustre.