Museo Diocesano de Menorca

Situado en las dependencias del convento de Sant Agustí de Ciutadella, también conocido como Els Socors, el Museo Diocesano de Menorca es uno de los espacios culturales más interesantes de la isla.

El complejo arquitectónico que ha llegado hasta nuestros días se construyó en el siglo XVII, si bien la fundación del primer convento de los agustinos, ubicado en el puerto de Ciutadella, se remonta al siglo XV. El ataque turco de 1558 motivó que la nueva sede se trasladara a la ciudad intramuros.

Los frailes lo habitaron hasta la desamortización de Mendizábal (1835) y después de varios usos fue cedido de nuevo al obispado para albergar el Seminario Diocesano.

El Museo Diocesano de Menorca, un espacio de cultura

El convento de Sant Agustí siempre ha sido un espacio de cultura. Antiguamente, los frailes enseñaban gramática, teología y filosofía.

Con la inauguración del seminario en 1858, se convirtió en el único centro de enseñanza secundaria y superior de Ciutadella, un papel que ejercería durante muchos años. En la actualidad, además de albergar el Museo Diocesano de Menorca, en verano acoge actividades culturales como el Festival de Música d’Estiu, que organizan Joventuts Musicals de Ciutadella en el claustre.

En las salas del Museo Diocesano de Menorca se exhibe una interesante colección arqueológica, una muestra de pinturas y grabados de los siglos XVII y XVIII, arte litúrgico, valiosas piezas de orfebrería que van del siglo XVII al XX y obras del pintor menorquín Pere Daura (1896-1976). Además, guarda una interesante colección de piezas del Gabinete de Ciencias Naturales y Física del Seminario.

En el resto del convento conviven diversos usos. Un ala está reservada a la comunidad religiosa, pero el resto está abierto al público, por lo que es posible utilizar su biblioteca y sus salas de reuniones e incluso alojarse en el edificio.

Por otra parte, el edificio de la iglesia, influenciado por el renacimiento castellano, supuso una ruptura con la tradición arquitectónica anterior, convirtiéndose en una obra única en Menorca.

La decoración interior, muy sobria inicialmente, se enriqueció con retablos barrocos. El órgano fue construido por el organista catalán Josep Casas i Soler (1794) y el pintor suizo Joseph Duett fue el encargado de dar forma a las pinturas que decoran el interior de la iglesia.