Castillo de San Felipe

Pese a que hoy en día solo quedan en pie algunas estructuras y parte de la red de galerías subterráneas, el Castillo de San Felipe llegó a ser una de las fortificaciones más importantes del Mediterráneo.

Su construcción fue ordenada por Carlos I en 1554 con el fin de proteger Menorca de las invasiones turcas, muy comunes en aquellos tiempos. De hecho, el saqueo de la ciudad de Maó por parte del pirata Barbarroja en 1535 fue determinante en la toma de esta decisión.

Prueba de la necesidad de una construcción de estas características es que, solo cuatro años después y estando aún sin terminar, evitó el ataque de la escuadra turca de Piali. Ésta, por desgracia, acabó dirigiéndose a Ciutadella y desencadenando uno de los episodios más trágicos de la historia de Menorca.

El pasado español y británico del Castillo de San Felipe

En sus orígenes, el Castillo de San Felipe fue un recinto cuadrado con cuatro baluartes y estaba rodeado de un foso seco de entre 12 y 15 m. de anchura.

Este diseño, obra del ingeniero italiano Giovan Battista Calvi, fue modificado por los ingleses a principios del siglo XVIII para dotarlo de mayor capacidad defensiva. Entre otras actuaciones, ampliaron los baluartes de cuatro a ocho, proyectaron fuertes de apoyo y desarrollaron la red de galerías subterráneas.

Todas estas mejoras quedaron en nada cuando en 1782, recuperada la isla, el rey Carlos III ordenó la demolición del Castillo de San Felipe. Curiosamente, esta decisión facilitó que los británicos consiguieran hacerse de nuevo con el control de la isla entre 1798 a 1802.

En este corto período de tiempo, iniciaron la reconstrucción de la fortaleza y levantaron hasta once torres de defensa en la costa. Pero, una vez más, la Corona española optó por destruir el castillo, iniciando poco después la construcción de la Fortaleza Isabel II.

Actualmente, el Castillo de San Felipe es visitable, si bien solo quedan en pie algunas estructuras y una parte de sus galerías subterráneas. Aún así, merece la pena adentrarse en los restos de la que fuera una de las mejores obras de defensa de la época.

El origen del pueblo de Es Castell

Cuando empezaron las obras de construcción del castillo, en sus inmediaciones se levantaron las casas de los obreros y de la guarnición del fuerte. Este núcleo de población fue creciendo con el paso del tiempo hasta convertirse en un arrabal.

Tras diferentes cambios de ubicación acabó dando origen, ya en el siglo XVIII, al pueblo de Georgetown, más tarde conocido como Villa de San Carlos y, actualmente, Es Castell.